Posts Tagged ‘1 Pedro 4:12’

Noviembre 5

…gozaos pon cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo…“, 1 Pedro 4:12.

Si vas a ser utilizado por Dios, Él te hará pasar por múltiples experiencias que en realidad no han sido diseñadas para tu vida. Éstas tienen el propósito de que seas útil en sus manos y que entiendas lo que les ocurre a otras almas, de tal manera que nunca te sorprendas de lo que pueda cruzarse en tu camino. Tú dices: “¡Pero, yo no puedo tratar con esa persona!” ¿Por qué no? Dios te ha dado bastantes oportunidades para aprender de Él al respecto, pero te alejaste sin prestarle atención a la lección, porque te pareció estúpido gastar el tiempo de esa manera.

Las aflicciones de Cristo no fueron las que comúnmente tú y yo padecemos. Él sufrió según la voluntad de Dios (1 Pedro 4:19) y desde la perspectiva en que nosotros sufrimos como individuos. Sólo a través de la relación con Jesucristo comprendemos lo que Dios está buscando en su trato con nosotros. Es parte de nuestra cultura cristiana querer saber de antemano cuales son los propósitos divinos cuando se trata de las aflicciones. La historia de la Iglesia cristiana registra que tendemos a evadir el ser identificados con los padecimientos de Jesucristo. La gente ha tratado de obedecer las órdenes de Dios mediante sus propios atajos. El camino de Él siempre es el del sufrimiento, el sendero del “recorrido largo a casa”.

¿Participamos de las aflicciones de Cristo? ¿Estamos dispuestos a que Dios destruya y transforme sobrenaturalmente nuestras decisiones personales? Esto no implica que vamos a saber exactamente la razón por la que Dios nos está llevando por ese camino, pues nos volveríamos pedantes espirituales. Momentáneamente no comprendemos a través de qué situación Él desea llevarnos. Pasamos más o menos sin entenderlo, hasta que, de repente, llegamos a un lugar luminoso y decimos: “¡Dios me ha fortalecido y ni siquiera lo sabía!”

Noviembre 5

…gozaos pon cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo…“, 1 Pedro 4:12.

Si vas a ser utilizado por Dios, Él te hará pasar por múltiples experiencias que en realidad no han sido diseñadas para tu vida. Éstas tienen el propósito de que seas útil en sus manos y que entiendas lo que les ocurre a otras almas, de tal manera que nunca te sorprendas de lo que pueda cruzarse en tu camino. Tú dices: “¡Pero, yo no puedo tratar con esa persona!” ¿Por qué no? Dios te ha dado bastantes oportunidades para aprender de Él al respecto, pero te alejaste sin prestarle atención a la lección, porque te pareció estúpido gastar el tiempo de esa manera.

Las aflicciones de Cristo no fueron las que comúnmente tú y yo padecemos. Él sufrió según la voluntad de Dios (1 Pedro 4:19) y desde la perspectiva en que nosotros sufrimos como individuos. Sólo a través de la relación con Jesucristo comprendemos lo que Dios está buscando en su trato con nosotros. Es parte de nuestra cultura cristiana querer saber de antemano cuales son los propósitos divinos cuando se trata de las aflicciones. La historia de la Iglesia cristiana registra que tendemos a evadir el ser identificados con los padecimientos de Jesucristo. La gente ha tratado de obedecer las órdenes de Dios mediante sus propios atajos. El camino de Él siempre es el del sufrimiento, el sendero del “recorrido largo a casa”.

¿Participamos de las aflicciones de Cristo? ¿Estamos dispuestos a que Dios destruya y transforme sobrenaturalmente nuestras decisiones personales? Esto no implica que vamos a saber exactamente la razón por la que Dios nos está llevando por ese camino, pues nos volveríamos pedantes espirituales. Momentáneamente no comprendemos a través de qué situación Él desea llevarnos. Pasamos más o menos sin entenderlo, hasta que, de repente, llegamos a un lugar luminoso y decimos: “¡Dios me ha fortalecido y ni siquiera lo sabía!”

AVIVAMIENTOS

(www.avivamientos.net)

“…Ojos era yo para el ciego, y pies para el cojoy examinaba la causa que no conocía“, Job 29:15,16

15 De Maio
Para saberdes qual é a esperança do seu chamamento… Ef.1.18

Lembre-se sempre que você foi salvo por uma razão exclusiva – para que o Filho de Deus pudesse manifestar-se através de si, 2 Cor.4:10. Concentre toda a sua energia no objectivo de manifestar sua eleição como filho de Deus; esteja sempre à altura de qualquer situação.

Você não pode fazer nada pela sua salvação, mas, deve revelar, manifestar exteriormente o que Deus operou em seu íntimo, Fil.2:12. Você o demonstra com a sua língua, com o cérebro e com tudo que possui ainda? Se ainda continua sendo a mesma pessoa resmungona, infeliz, resolvida a não se modificar, então Deus não o salvou nem santificou de nada.

Deus é o Mestre da Engenharia. Ele permite que as dificuldades surjam a fim de verificar se seremos capazes de superá-las oportunamente: “Com o meu Deus saltarei uma muralha”, Sal.18:29. Deus nunca nos eximirá de qualquer dos requisitos necessários a ser filho Seu. Pedro diz: “Não estranheis o fogo ardente que surge no meio de vós, destinado a provar-vos”, 1 Pedro 4:12. Estejamos à altura; façamos o que for preciso. Não importa o quanto isso nos doa, contanto que Deus ache ali a oportunidade de manifestar-se em nosso corpo ainda mortal.

Que Deus não ache mais em qualquer um de nós o mais leve traço de lamúria mas antes vigor espiritual – uma prontidão para enfrentar qualquer coisa que se nos apareça por diante. Temos que nos exercitar a fim de que o Filho de Deus possa manifestar-se em nosso corpo ainda mortal. Deus não tem museus para exibir. Nossa única meta na vida deve ser essa manifestação. E que cesse de todo essa nossa mania de dar ordens a Deus. O Senhor Jesus nunca deu ordens a seu Pai; nós também não estamos aqui para dar ordens a Deus; aqui estamos para nos submetermos à vontade dele, a fim de que ele possa operar através de nós o que quiser. Quando compreendemos bem isso, ele nos fará “pão partido” e “vinho” para alimentar e nutrir todos os outros também.

 REAVIVAMENTOS

(www.reavivamentos.com)

“…Olhos para o cego e pés para o coxo… pai para o orfão e a causa que desconhecia, investiguei…” Jó 29:15,16

Mayo 15

Para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado“,

Efesios 1:18

Recuerda que fuiste salvo para que la vida de Jesús se manifieste en tu cuerpo (ver 2 Corintios 4:10). Dirige toda la energía de tus capacidades hacia el cumplimiento de tu elección como hijo de Dios; siempre debes estar a la altura de las circunstancias.

Tú no puedes hacer nada para conseguir tu salvación, pero debes hacer algo para manifestarla. Debes ocuparte en tu salvación, a la cual Dios ya te ha hecho entrar (Filipenses 2:12). ¿Demuestra tu manera de hablar, pensar y sentir que estás ocupándote en ella? Si aún eres el mismo miserable gruñón que se empeña en seguir su propio camino, entonces mientes al decir que Dios te ha salvado y santificado.

Dios, como el Ingeniero Maestro, permite las adversidades para verificar si puedes saltar por encima de ellas de manera adecuada: “Con mi Dios escalaré murallas” Salmo 18:29, LBLA. Dios jamás te va a proteger de ninguna de las exigencias para sus hijos. 1 Pedro 4:12 dice: “Amados, nos os sorprendáis del fuego de la prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciera”. Ponte a la altura de las circunstancias y lleva acabo lo que la prueba te exige. Sin que importe cuánto te duela, dale a Dios la oportunidad de manifestar la vida de Jesús en tu cuerpo.

Que Dios ya no halle más quejas en nosotros, sino que nos encuentre llenos de valor y fuerza espiritual, listos para enfrentar cualquier situación que Él coloque en nuestro camino. Tenemos que ejercitarnos para que el Hijo de Dios se manifieste en nuestros cuerpos. Dios no tiene museos. El único objetivo de la vida es que su Hijo se pueda manifestar. Y cuando esto ocurre, dejamos de darle órdenes. Nuestro Señor nunca le dio órdenes a su Padre. Estamos aquí para someternos a su voluntad de tal forma que su deseo se cumpla por medio de nosotros. Cuando comprendemos esto, Él nos volverá pan partido y vino derramado para alimentar y nutrir a otras personas.

AVIVAMIENTOS

(www.avivamientos.net)

“…Ojos era yo para el ciego, y pies para el cojoy examinaba la causa que no conocía“, Job 29:15,16

Febrero 3

…Hemos venido a ser hasta abona como la escoria del mundo…“,1 Corintios 4:13

Estas palabras no son una exageración y la razón para que no sean verídicas con respecto a nosotros, que nos llamamos ministros del Evangelio, no es que Pablo olvidara su significado exacto o lo interpretara mal. Se debe a que nos interesamos y ocupamos demasiado en nuestros propios deseos como para permitir que nos convirtamos en el desecho o escoria del mundo. “Cumplir …en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo”, Colosenses 1:24, no es el resultado de la santificación, sino la evidencia de la consagración: ser “apartado para el evangelio de Dios…”, Romanos 1:1

“Amados, no os sorprendáis del fuego de la prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciera”, 1 Pedro 4:12. Sin embargo, si nos extraña lo que nos sucede es porque somos temerosos y cobardes. Le prestamos tanta atención a nuestros propios intereses y deseos que nos quedamos fuera del lodo, y decimos: “No me voy a someter, no me rebajaré ni me doblegaré”. No necesitas hacerlo, puedes ser salvo apenas con el mínimo margen, si lo prefieres. Puedes rehusar a permitir que Dios te considere como uno que ha sido “apartado pare el Evangelio” o puedes decir: “No me importa si me tratan como la escoria del mundo con tal que el Evangelio sea proclamado”. El verdadero siervo de Jesucristo está dispuesto a experimentar el martirio por la realidad del Evangelio de Dios. Cuando una persona virtuosa se enfrenta al desprecio, la inmoralidad, la deslealtad o la deshonestidad, repudia tanto la ofensa, que aparta la vista y defraudada cierra su corazón contra el ofensor. Pero el milagro de la verdad redentora de Dios es que el peor y el más vil ofensor nunca puede agotar las profundidades de su amor. Pablo no dijo que Dios lo había apartado para mostrar al hombre maravilloso en que el Señor lo podía convertir, sino “para revelar a su Hijo en mí”, Gálatas 1:16

AVIVAMIENTOS

(www.avivamientos.net)

“…Ojos era yo para el ciego, y pies para el cojo… y examinaba la causa que no conocía“, Job 29:15,16

3 De Fevereiro 

Temos chegado a ser considerados lixo do mundo“, 1 Cor.4.9-13

Essas palavras não são nenhum exagero. A razão por que não as aplicamos a nós que achamos ser ministros do evangelho, não é porque Paulo teria exagerado dizendo isso, mas porque nosso comprometimento é deslavado ao ponto de não nos permitirmos ser tidos como a escória deste mundo. “Preencher o que resta das aflições de Cristo”, Col.1:24, não é simples resultado de santificação pessoal, mas antes de haver sido “separado para o evangelho” Romanos 1:1.

“Não estranheis o fogo ardente que surge no meio de vós, destinado a provar-vos”, diz Pedro ( 1 Pedro 4:12). Se estranhamos as coisas com que nos deparamos, é porque somos covardes e medrosos e o tipo de compromisso que assumimos será dos que nos quer manter afastados do lamaçal: “Não me submeterei, nem me dobrarei”. Não será preciso que o faça; você poderá ser salvo por um triz, se o quiser. Ou, então, poderá dizer: “Não me importo de ser tratado como escória do mundo, desde que o evangelho seja proclamado”. O servo de Jesus Cristo é aquele que está pronto a caminhar para a morte através da realidade do evangelho de Deus. Quando alguém que se considera decente demais e se acha diante da rejeição, desprezo, baixeza, imoralidade ou mesmo diante da traição, sua reacção instintiva é tão repulsiva contra esses males que seu próprio coração se fecha para com o desprezador. A maravilha da realidade redentora de Deus está em que nem mesmo o pior e o mais vil pecador atingirá com dor os limites primordiais do Seu amor. O que Paulo disse não foi que Deus o separou para mostrar como poderia transformá-lo num homem notável, mas antes disse que seria “para manifestar seu Filho em mim” Gálatas 1:16.

REAVIVAMENTOS

(www.reavivamentos.com)

“…Olhos para o cego e pés para o coxo… pai para o orfão e a causa que desconhecia, investiguei…” Jó 29:15,16

Noviembre 5

…gozaos pon cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo…“, 1 Pedro 4:12.

Si vas a ser utilizado por Dios, Él te hará pasar por múltiples experiencias que en realidad no han sido diseñadas para tu vida. Éstas tienen el propósito de que seas útil en sus manos y que entiendas lo que les ocurre a otras almas, de tal manera que nunca te sorprendas de lo que pueda cruzarse en tu camino. Tú dices: “¡Pero, yo no puedo tratar con esa persona!” ¿Por qué no? Dios te ha dado bastantes oportunidades para aprender de Él al respecto, pero te alejaste sin prestarle atención a la lección, porque te pareció estúpido gastar el tiempo de esa manera. 

Las aflicciones de Cristo no fueron las que comúnmente tú y yo padecemos. Él sufrió según la voluntad de Dios (1 Pedro 4:19) y desde la perspectiva en que nosotros sufrimos como individuos. Sólo a través de la relación con Jesucristo comprendemos lo que Dios está buscando en su trato con nosotros. Es parte de nuestra cultura cristiana querer saber de antemano cuales son los propósitos divinos cuando se trata de las aflicciones. La historia de la Iglesia cristiana registra que tendemos a evadir el ser identificados con los padecimientos de Jesucristo. La gente ha tratado de obedecer las órdenes de Dios mediante sus propios atajos. El camino de Él siempre es el del sufrimiento, el sendero del “recorrido largo a casa”. 

¿Participamos de las aflicciones de Cristo? ¿Estamos dispuestos a que Dios destruya y transforme sobrenaturalmente nuestras decisiones personales? Esto no implica que vamos a saber exactamente la razón por la que Dios nos está llevando por ese camino, pues nos volveríamos pedantes espirituales. Momentáneamente no comprendemos a través de qué situación Él desea llevarnos. Pasamos más o menos sin entenderlo, hasta que, de repente, llegamos a un lugar luminoso y decimos: “¡Dios me ha fortalecido y ni siquiera lo sabía!”

AVIVAMIENTOS

(www.avivamientos.net)

“…Ojos era yo para el ciego, y pies para el cojo… y examinaba la causa que no conocía“, Job 29:15,16